Me gusta tu mancha en la piel, y que se expanda por tu cuerpo.
  Me gusta tu vello en el pecho. Me gusta acariciarte.
   Me gusta tu lunar, ese que tenes en la espalda; y el que tenes en el pene, ese también.
    Me gustan tus ojos, y más cuando me miras con una actitud libidinosa.
     Me gusta cuando me provocas, cuando me tocas; me gusta mucho cuando me tocas.
      Me gustan tus besos, esos cuando se sienten con deseo.
       Se acabó, estoy rendida en tus detalles.

Qué te puedo decir? Estoy ahí, en ese momento único y especial cuando comenzás a sentir esas pequeños detalles que a tu mente indican que te gusta, y va más allá.
Qué te puedo decir? Tengo miedo. De volver a caer ahí, en ese país de ilusión.
Será más que sólo es un buen sexo?
La química de tu nuestra piel me confunde. O soy yo, que quiere tener el control de la situación y no lo puedo sobrellevar. Quiero confirmaciones, algo concreto.
Soy tan insegura que siento que te vas a esfumar del camino.

Siempre pasa un milenio cada vez que vuelvo a escribir (lo más extraño es que no pasa tanto tiempo, sólo es que pasan muchas cosas nuevas y se vuelve cada vez más lejano... Todavía no llega a cumplirse un año..).

Pasaron tantas cosas en tan poco tiempo..
Estoy totalmente bien, como perfectamente (hasta a veces demás!) y aún así me siento muy bien, con mi cuerpo, conmigo misma. Dejé de lado todo pensamiento negativos, todo mal hábito con la comida. Con ganas todo se puede!
Cómo poder estar mal, si acabo de cumplir una meta que venía soñando desde que tenía 14 años. Me fui de viaje, por mi país.. recorriendo un par de provincias. Viajando a dedo, durmiendo en carpa.. Arreglarse con muy pocas cosas, te hace darte cuenta que no necesitas más que ganas para vivir.
Eso es lo que pude descubrir en este viaje. Ganas de vivir. De ser feliz, porque sabes que estás viva, que tenes un aire que respirar, una vista hermosa que te hace seguir caminando y recorriendo. Que sabes que hay oportunidades y no las tenes que dejar pasar.. y que si  no tuviste suerte, no hay que bajar los brazos, porque siempre hay alguien que te da una mano.
Después subiré una breve bitácora para recordar siempre donde estuve.
El año que viene me iré de vuelta, a recorrer donde no pude ir.. y quién dice, cruzaré fronteras y me iré hacía otros países.

Necesito un porro.

Necesito urgente tener mi propia casa, mi lugar, mi mundo; y más que nada, lejos de mi vieja.

A simplemente cuatro días de mis 19 años, todavía me siento como si tuviera 10. Cuándo van a entender las madres que sus hijos crecen? Que necesitan hacer su vida por sí solos? Sé que tengo obligaciones.. lo sé muy bien. Pero no se puede meter si yo hago o no las cosas para la facultad. Es mi problema. Soy lo suficientemente grande como para hacerme cargo. No estoy más en la puta secundaria. CRECÍ. No soy más aquella niña que estaba siempre preguntándote si podía cruzar o no una calle.

Si está tan segura de que necesito "crecer" o por lo menos mejorar un poco con mi maldita condición de bulímica, que no sea tan absorbente! Necesito crecer por sí sola, sin que esté atrás.

Ésto soy yo. Una chica que parece normal, de 18 años. Que no quiere afrontar que ya no tiene 15; que terminó la secundaria; que tiene que comenzar a laburar y cuidarse por sus propios medios. Es una etapa difícil; algunos la llevan mejor que otros. Yo no soy precisamente esos casos.

Comienza 2013 con un robo importante en mi familia. Incluyendo el auto, netbooks, cámaras, celulares, ropa y más. Qué puedo decir de eso? Que lo materia no importa, va y viene. Que todo cuesta, es verdad, pero tampoco es lo primordial en la vida.

Éste hecho hizo que yo me sintiera muy culpable de que haya ocurrido (inconscientemente), y desató en mi cabeza una culpa. Una culpa que creció y creció y se fue mezclando con problemas: del no querer madurar, de saber que era mi último año de colegio, de las preguntas básicas como: ¿Qué voy a seguir? ¿Qué voy a hacer de mi vida? Y esas cosas que uno se pregunta en ese momento.

Hasta acá no íbamos tan mal, era algo medianamente común. Pero se mezcló con el verme mal físicamente y después con obsesiones que terminaron por enfermarme y estancarme en uno de los momentos de mi vida que tendría que haber disfrutado más.